LA MAGIA DE LOS ANGELES

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La palabra “Ángel”, procede del griego angelos, que significa “mensajero”. Podemos considerar a los ángeles, como mensajeros divinos o mensajeros de Dios. Ellos emanan de la divina fuente, creyéndose que a través de los ángeles poseemos un vínculo especial con Dios. El fue quien creó a esos maravillosos seres para que nos guiaran, protegieran, e inspiraran. Su objetivo es el de servirnos y estimularnos para desarrollar y ampliar nuestra conciencia.
La existencia de los ángeles se sitúa en una frecuencia vibratoria distinta a la nuestra, por ello no podemos percibirlos normalmente. El índice de frecuencia vibratoria angélica, es más etéreo que el de la humanidad.

En cuanto empiezan a cambiar nuestras propias frecuencias, somos capaces de percibir con más facilidad y claridad, las presencias sutiles; sin embargo, los ángeles pueden aparecer de formas distintas y éstas varían según las personas. Muchos perciben su presencia, algunos los oyen, otros, en sueños y algunos, en visiones.

Los ángeles están a nuestro alrededor, observándonos, y podemos acudir a ellos en cualquier momento. La jerarquía de los ángeles es una realidad práctica que tenemos a nuestro alcance. Estos seres evolucionan sirviendo a la humanidad, y, nosotros, al invocarlos, les ayudamos y nos ayudamos a nosotros mismos. No esperemos esos momentos trágicos de angustia, crisis o aflicción para invocarlos y pedirles ayuda; ellos están a la espera de tu llamado, invítalos a formar parte de tu vida cotidiana, en el nombre del Padre y por su mandato, ellos están impacientes porque tú los llames para asistirte.

Todos poseemos nuestro propio Ángel de la Guarda Especial, él sigue a nuestro lado a lo largo de las numerosas encarnaciones, en las diferentes vidas por las que pasamos. El nos ama incondicionalmente y nos conoce profundamente.