miércoles, 3 de septiembre de 2008

EL DECRETO DE LOS DIOSES




EL DESPERTAR DE LOS DIOSES


LA IMAGEN DE LA DIOSA


La imagen de la Diosa que se reverencia en Wicca está basada en las imágenes más antiguas que se adoraban durante la prehistoria. Aclaremos, no uso aquí la palabra imagen en el sentido habitual de ícono religioso, sino en el de arquetipo. El motivo del uso de una palabra más prosaica es simplemente que no quiero complicar la lectura de éste artículo a aquellos que no estén familiarizados con la terminología de la psicología jungiana.
La Trinidad o multiplicidad de la Diosa es muy anterior al cristianismo, y no sería demasiado difícil arriesgar que una fue el origen de la otra. Pero a diferencia del Cristianismo, en la Wicca la Trinidad se refiere a tres distintos estadíos o aspectos de la misma entidad. Entidad que a su vez es el aspecto femenino discernible por nosotros de la Deidad.
Cada uno de éstos aspectos tiene sus características particulares, distintas de las de los otros, cada una de ellas posible de ser relacionada con aspectos internos de nuestra psiquis. Estas imágenes de la Doncella, Madre y Anciana han aparecido y sido reverenciadas por la humanidad desde hace milenios, a veces presentando mitos oscurecidos por las conquistas de las que fueron víctimas las sociedades matriarcales.
Un ejemplo que puede acercarnos a entender ésto de los tres aspectos es imaginar cada uno de los tres aspectos como la faceta de una piedra preciosa tallada. Podemos ver cada faceta por separado, y maravillarnos ante la forma en que refracta la luz, pero si queremos comprender en realidad la totalidad de la piedra debemos tomar distancia y verla por completo. Y aún así, hay siempre un aspecto que se nos queda oculto. La observación y meditación en cada una de éstas facetas es una puerta que puede abrirnos a despertar ecos de cada uno de sus reflejos en nuestro interior.


EL DIOS ASTADO

Vemos el Dios en el Sol, brillante en el firmamento, naciendo y poniéndose todos los días, representando así el ciclo que gobierna nuestras vidas. Sin el Sol, no existiríamos. Por tanto, es reverenciado como el portador de la fuerza, del calor que germina la semilla en la tierra y que derrite el hielo del suelo después del largo invierno. El Dios también es tierno con los animales salvajes. A veces es retratado como el "Dios Cornudo" y puede llevar cuernos en la cabeza como los del ciervo, simbolizando así su conexión con los animales no domesticados. Antaño, la caza era una de las actividades consideradas gobernada por el Dios, mientras la domesticación era de la Diosa. Los dominios del Dios son las selvas y los bosques vírgenes de las manos humanas. También lo son los desiertos ardientes y las altas montañas. El ciclo temprano del florecimiento, maduración y cosecha están hace tiempo asociadas con el Sol. El Dios es también la recompensa por los bienes conseguidos en el campo. Es el vino que sale de la uva, es el grano dorado en el campo, son las rojas manzanas colgadas en el árbol. El Dios también gobierna y celebra el sexo. La Wicca no esconde esto de los niños y tampoco deja de hablar del tema con ellos. Es parte de la Naturaleza y debe ser aceptado como tal. Ya que trae placer, intimidad y complicidad, también perpetúa nuestra especie. Por tanto, es considerado sagrado. Pero lejos parecerse orgías, sexo con el diablo ó fetiches. Por encima de todo, el sexo debe ser respetado. Los símbolos utilizados para representar el Dios incluyen: espadas, cuernos, lanzas, velas, oro, diamantes, flechas, varitas mágicas, puñales, etc. Las criaturas sagradas para Él son: el toro, serpiente, pez, dragón, lobo, águila, halcón, tiburón, lagarto entre otros. Está representado por el Sol y por ende conlleva todas sus cualidades en sí: la fortaleza, el día, la luz, el hombre, la seguridad, la voluntad, la razón, la actuación, el fuego. Tradicionalmente al Sol se le representa como una deidad fuerte y viril, siempre ha recibido los mejores atributos, pero en la Wicca se suele reverenciar mayormente a la Diosa que al Dios, debido a que ella cumple la mayor parte de la fecundación. Su naturaleza es esencialmente terrenal. Se le representa mayor, tiene orejas y los cuernos de un ciervo y lleva una torque, especie de collar galo. Está a menudo acompañado por una serpiente con cabeza de carnero. En una palangana de plata dorada encontrada en Gundestrup, Dinamarca, figura sentado, rodeado de un gran ciervo, dos toros, dos leones y dos lobos, mientras que no lejos de ahí un niño cabalga un delfín. Así, el Dios aparece como amo de los animales salvajes, terrestres y acuáticos. Sin duda manifiesta la fuerza, el poder y la perennidad (simbolizada por el ramaje).


ORACIONES A LA DIOSA:


La canción de la Diosa
Soy la gran made, adorada por toda la creación y y existente antes de su conciencia. Soy la fuerza femenina básica, ilimitada y eterna Soy la casta Diosa de la Luna. La señora de toda magia. Los vientos y las hojas en movimiento cantan mi nombre. Uso la media luna sobre mi frente, y mis pies descansan sobre los cielos estrellados. Soy los misterios aún no resueltos, un camino recién acometido. Soy un campo no tocado por el arado. Regocíjense en mí y conozcan la plenitud de la juventud. Soy la madre bendita, la amable Señora de las cosechas. Estoy vestida con la profunda y fresca maravilla de la tierra y el oro de los campos llenos de granos, Las mareas de la tierra son regidas por mi; todas las cosas se realizan de acuerdo a mi estación. Soy refugio y curación. Soy la madre dadora de vida, maravillosamente fértil. Adórenme como la anciana sabia, guardiana del continuo ciclo de muerte y renacimiento. Soy la rueda, la sombra de la Luna. Gobierno las mareas de mujeres y hombres, y doy liberación y renovación a almas abatidas. Aunque la oscuridad de la muerte es mi dominio, la alegría del renacimiento es mi regalo. Soy la Diosa de la Luna, la Tierra y los mares. Mis nombres fortalezas son múltiples, Vierto magia y poder, paz y sabiduría. Soy la eterna doncella, Madre de todo y anciana de la oscuridad y les doy bendiciones de amor ilimitado.

Invocación a la Diosa I
Creciente de los cielos estrellados, Floreada de la llanura fértil, Fluyente de los suspiros del océano, Bendecida de la lluvia suave; Escucha mi canto, Ábreme a tu luz mística, Despiértame a tus poderes plateados, ¡Acompáñame en mi rito sagrado!


Invocación a la Diosa II
Creciente de los cielos estrellados, Floreada de la llanura fértil, Fluyente de los suspiros del océano, Bendecida de la lluvia suave; Escucha mi canto, Ábreme a tu luz mística, Despiértame a tus poderes plateados, ¡Acompáñame en mi rito sagrado!
Invocación a la Diosa III
Benigna Diosa, tu que eres la reina de los Dioses, la lámpara de la noche, la creadora de todo lo que es salvaje y libre; madre de mujeres y hombres; compañera del Dios carnudo y protectora de toda la Wicca: ¡Desciende, rezo, con tu rayo de poder lunar aquí sobre mi círculo!


ORACIÓN AL DIOS


La canción del Dios
Soy el radiante rey de los cielos, inundando la tierra con calor y estimulando la semilla oculta de la creación para que reviente en manifestación. Levanto mi brillante lanza para encender la vida de todos los seres y diariamente verter mi oro sobre la tierra, ahuyentando los poderes de la oscuridad. Soy el Señor de las bestias libres y salvajes. Corro como el veloz venado y me elevo como el sagrado halcón en el reluciente cielo. Los antiguos bosques y tierras salvajes emanan mis poderes, y las aves del aire cantan mi santidad. También soy la última cosecha, ofreciendo granos y frutas debajo de la hoz del tiempo, de tal forma que todo pueda ser alimentado, porque sin sembrar no puede haber cosecha; sin invierno no hay primavera. Adórenme como el Sol de la creación de mil nombres, el espíritu del venado carnudo en tierras salvajes, la interminable cosecha. Vean en el ciclo anual de fiestas mi nacimiento, muerte y renacimiento, y sepan que ese es el destino de toda creación. Soy la chispa de vida, el radiante Sol, el dador de paz y sosiego, y envío mis rayos de bendiciones para calentar los corazones y fortalecer la mente de todos.
Invocación del Dios I
OH gran Dios padre, bestia y hombre, pastor de cabras y señor de la tierra, te llamo para que vengas a mis ritos, en ésta, la más mágica de las noches, Dios del vino, Dios de la vid, Dios de los campos asiste a mi círculo con tu amor y envía tus bendiciones desde lo alto. Ayúdame a curar, ayúdame a sentir; ayúdame a producir amor y bienestar. Dios de los bosques, Dios de los claros herbosos acompáñame mientras mi magia es hecha.
Invocación del Dios II
Carnudo del desierto, alado de los brillantes cielos, irradiado del esplendoroso Sol, caído de los gritos del Samhain. Te llamo en mi círculo para que bendigas mis ritos místicos, ¡oh ardiente señor del brillante sol!

Invocación del Dios III
Antiguo Dios de las profundidades del bosque, maestro de la bestia y el Sol; aquí, donde el mundo es silenciado y duerme, ahora que el día está hecho. Te llamo en la forma antigua aquí en mi círculo, pidiendo que me escuches rezar y envíes tu fuerza solar.

Invocación del Dios IV
Resplandeciente Dios, tú que eres el Rey de los Dioses, señor del Sol, maestro de todo lo que es salvaje y libre padre de mujeres y hombres, compañero de la Diosa Luna y protector de toda la Wicca: ¡desciende, rezo, con tu rayo de poder solar aquí sobre mi círculo!







Aquí tenéis una pequeña lista de los Dioses más conocidos. Espero que os resulte útil para crear vuestro panteón:


Adonis: Griego, consorte de Afrodita. Dios de la vegetación.
Anubis: Egipcio, Dios de la protección.
Apolo: Griego, Dios del sol y la luz.
Cernunnos: Celta, Dios cornudo, consorte de la Señora.
Eros: Griego, Dios del romance.
Horus: Egipcio, Dios de la sanación.
Hymen: Griego, Dios del matrimonio.
Mitra: Persa, Dios del sol.
Odín: Escandinavo, Dios de la sabiduría.
Osiris: Egipcio, Dios del todo, la vegetación y la vida después de la muerte.
Pan: Griego, Dios de la naturaleza y de la música.
Poseidón: Griego, Dios del mar.
Path: Egipcio, Dios de la creatividad.
Shiva: Hindú, Dios del ciclo universal.
Thor: Escandinavo, Dios del cielo y el trueno.
Thoth: Egipcio, Dios de la reencarnación, la luna y la sabiduría.




LA DIOSA:

Es el misterio oculto, es la energía desatada. Cuando ambos se encuentran tienen lugar la creación. Cómo la Diosa es la personificación de la Tierra, se le hace equivaler a la madre, que nos alimenta y provee para nuestras necesidades.


EL DIOS:

gobierna sobre algunas cosas, y la Diosa sobre otras, la naturaleza, los árboles.


ARMONIZACIÓN DE LOS DIOSES





Para desarrollar una relación con la Diosa y el Dios, una necesidad para aquellos que desean practicar la Wicca, tu puedes desear seguir estos simples rituales.
En la noche, párate o siéntate de cara a la Luna, si esta es visible. Si no, imagina que siempre tienes una Luna Llena resplandeciente de blanco-plata en el oscuro cielo, directamente sobre ti o frente a ti.


Siente la suave luz lunar derramada sobre tu piel. Siéntela tocándote y mezclándose con tus propias energías, formando nuevos patrones. Visualiza a la Diosa en la forma que tu prefieras. Llámala, entonando sus antiguos nombres si lo deseas: Diana, Lucina, Selena. Abre tu corazón y tu mente a el aspecto de la energía de la Diosa manifestada en la luz de la Luna. Repite esto diariamente por una semana, preferiblemente en el mismo momento cada noche.


Concurrentemente con este ejercicio, armonízate con el Dios. En el amanecer, no importa que tarde este sea, párate frente al Sol (a través de la ventana si es necesario, afuera si es posible) y empápate en estas energías. Piensa acerca del Dios. Visualízalo como desees. Podría ser como un poderoso guerrero musculoso, con una lanza erguida en una mano y en la otra acunando a un niño o sosteniendo un racimo de uvas goteando el rocío.
Puede que desees cantar los nombres del Dios, como Cernunnos, Osiris, Apolo, así como con la Diosa.


Si no deseas visualizar al Dios (o si se te dificulta visualizarlo) simplemente armonízate con las energías vertidas por el Sol. Incluso si las nubes cubren el cielo, las energías del Dios pueden aún alcanzarte. Siéntelas con toda tu imaginación mágica.
No permitas los pensamientos que puedan perturbar tu reverencia al Dios. Alcánzalo con tus sentidos; abre tu conciencia a pensamientos elevados. Llama al Señor con cualquier palabra, expresa tu deseo de armonizarte con él.


Practica estos ejercicios diariamente durante una semana. Si deseas explorar los conceptos de la Diosa y el dios, lee libros sobre mitología de cualquier región del mundo. Lee los mitos pero observa sus temas fundamentales.
Todo lo que tu leas, todo la información que puedas tener en tus manos, eventualmente puede convertirse en un no estructurado, pero extremadamente completo banco de conocimiento concerniente a los Dioses. En otras palabras, tu as comenzado a conocerlos.
Si después de siete días sientes la necesidad (o el deseo), continúa estos ejercicios hasta que te sientas cómodo con el Dios y la Diosa. Ellos están dentro y alrededor nuestro todo el tiempo; solo necesitamos abrirnos a estos conocimientos. Este es uno de los secretos de Wicca -Los Dioses moran en nuestro interior. En tu búsqueda de conocer a los Dioses, toma largas caminatas bajo los árboles. Estudia las flores y las plantas.


Visita lo silvestre, lugares naturales, y siente las energías del Dios y la Diosa directamente -a través de la prisa de un arroyo, a través de la pulsación de la energía del tronco de un viejo roble, el calor de una roca abrazada por el Sol. Familiarizarse con la existencia de los Dioses será más sencillo a través del contacto con tales fuentes de poder.


Luego, cuando has alcanzado este estado, es posible que desees preparar un santuario o altar temporal o permanente para la Diosa y el Dios. No necesitas más que una mesa pequeña, dos velas, un incensario y un plato o cuenco para dejar ofrendas de flores, frutas, granos, semillas, vino o leche.



No hay comentarios: