jueves, 4 de septiembre de 2008

IMBOLC





De las cuatro grandes festividades célticas, la correspondiente al 1º de febrero era AMBIWOLKA, que en gaélico irlandés es IMBOLC, y corresponde al elemento agua. Conviene recordar que el agua, el fuego, la tierra y el aire no eran solo los elementos fundamentales de los griegos presocráticos, sino que como categorías de aprehensión de la realidad eran de todos los indoeuropeos y también de muchas otras culturas. Para completar las otras tres festividades celtas brevemente las enumeramos: Belotenia ("fuego brillante"), el primer día de mayo; Lugunastada ("matrimonio de Lugus") era la celebración del matrimonio sagrado del dios-rey Lugus con la Tierra el 1° de agosto; y Samonis, el día que los celtas iniciaban el año, que es nuestro 1º de noviembre y tenía que ver con el aire, es decir, con los espíritus.


Pero en esta oportunidad nos adentraremos en AMBIWOLKA, que estaba dedicada a la gran diosa Briganti (en céltico antiguo: "excelsa", "alta"; latinizada "Brigantia"), una de las advocaciones de la Diosa Única Trivalente (como otras fueron Danu, Arduina, Epona, etc), como diosa de la fertilidad.


Pero en esta oportunidad nos adentraremos en AMBIWOLKA, que estaba dedicada a la gran diosa Briganti (en céltico antiguo: "excelsa", "alta"; latinizada "Brigantia"), una de las advocaciones de la Diosa Única Trivalente (como otras fueron Danu, Arduina, Epona, etc), como diosa de la fertilidad.
Ambiwolka era la época de las purificaciones y del fuego sagrado que purifica la tierra, propiciando la fertilidad y el despertar del sol en primavera luego del frío y gris invierno. Era además la época de los nacimientos de los corderos de primavera, en que las ovejas producían leche; y Briganti era protectora de los rebaños.
Durante esta fiesta, celebraban los Druidas (en céltico antiguo: "DRUWID": "los muy letrados") los ritos adivinatorios, y se hacían las pruebas de matrimonio.
En Irlanda, por ejemplo, Imbolc se celebraba en Teltown, condado central de Meta, donde tenían lugar las bodas, que podían romperse al año siguiente por consentimiento tanto de los hombres como de las mujeres.


Aunque los últimos vestigios del mundo celta, tal como fue conocido en la antigüedad, desapareció hacia el año 1100 d. C., la fiesta de Ambiwolka o Imbolc tiene su correspondiente cristiano en:


1- El día de Santa Brígida, el 1º de febrero, quien es la Patrona de Irlanda. Santa Brígida (433-523), hija de un príncipe del Ulster, se retiró a vivir al hueco de un gran roble en Kildare, árbol epónimo del dios céltico del rayo, Taranis (en céltico antiguo: "trueno"). Muchos atributos de la santa, también llamada "María de Irlanda", fueron tomados de la diosa Briganti, de quien ella puede ser una cristianización


- El día de la Candelaria (fiesta del fuego) o de la Purificación de la Virgen María, el 2 de febrero, la cual fue creada por el Papa Gelasio I (492-496) en sustitución de la LUPERCALIA, fiesta romana del fuego y de la fertilidad en honor de Pan (o Fauno, o Luperco, la Loba, etc). El nombre de la "Candelaria" se debe a la procesión realizada dentro de la iglesia con candelas benditas. La purificación de la virginal y las candelas son el antídoto cristiano de la fertilidad pagana y las antorchas lupercales


EL REPOSO DE LA GUERRERA




Imbolc (segundo de los Sabbats Mayores) representa la época en que la Diosa se recupera después de dar a luz al Dios Sol o Creador de la Vida; un joven fuerte cuyo poder se muestra en la extensión de horas de luz, fertilizando la tierra. Esta celebración (la primera del año) es un punto medio entre el solsticio de invierno y el equinocio de primavera. En la cultura celta, su fiesta original comienza el 31 de enero.Con el estruendo de la tormenta como augurio, Imbolc es el primer latido de la primavera desde el mismo corazón del frío; un viaje desgarrador hacia la vida con el regreso desde los abismos del Inframundo, tras ser azotados por la visión de todo lo nefasto en nosotros y recompuestos más tarde por todo aquello venturoso que también poseemos.


Tras el nacimiento en Yule, la purificación de la “cuarentena” conduce a la Diosa a su “virginidad” inicial, a “ser una con ella misma” y despojarse de todas aquellas cicatrices que la vida ha ido punteando su piel. Así pues, con esa fuerza primigenia, emprendemos el viaje de vuelta, con el profundo convencimiento de nuevas posibilidades, de nuevos retos… más no con la ingenuidad de ciclos anteriores…La Anciana Oscura vuelve a ser la Doncella, ésta vez más sabia, mejor conectada con su aspecto salvaje y mucho más libre y preparada en la lucha aunque cada uno de nuestros “nacimientos” esté marcado por el miedo y el esfuerzo. Es la lucha por la vida, como hijos de la naturaleza que somos…


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